Anécdotas de Escort I

09.11.2017

Todas nosotras tenemos un buen puñado de historias en nuestro haber, pero la realidad hace que habitualmente no puedas contarlo, o bien, la velocidad a la que se suceden integradas en tu vida A dificulten pararte a compartirlas.

Esta historia que os voy a contar ocurrió en la primavera del año pasado, poco después de mi regreso al mundo escort. Teniendo en cuenta lo difícil que me resulta responder llamadas telefónicas, suelo atender algunas peticiones de información concretas por Whatsapp. Recibí un whatsapp de un número mexicano, en cuya foto de perfil aparecía una mujer de mi edad con un niño de unos 3 o 4 años, donde sin muchos prolegómenos ni identificarse el remitente (nada de un "Hola, soy Antonio"), me consultaban disponibilidad para un par de días de esa semana, una cita de 2 horas en el Ritz o en el Palace -siempre los confundo :) -. Concretamos la cita para dos días después, y, como siempre, le indiqué que resultaba imprescindible que hablásemos por teléfono antes del encuentro. Es un filtro habitual donde identificas con facilidad si la cita es en serio o se trata de un "time waster", o bien te hacen saber sus ganas de llevar a cabo prácticas que a mi no me entusiasman, y decido no aceptar la cita...

Transcurrieron 24 horas de esos mensajes y no había recibido aún la llamada de confirmación, empezaba a pensar que, efectivamente, se trataba de un time waster más y podía organizarme otros planes para el jueves. Pero no, unas horas más tarde, recibo nuevamente un whatsapp:

Él: Hola Marina, entonces mañana a las 19 te esperaré en el hall del hotel.

Yo: De acuerdo. Pero recuerda por favor que me tienes que llamar antes...

Él: Sí, sí, pero hasta dentro de un par de horas no me va a ser posible... Cuando regrese al hotel te llamo desde la habitación...

Yo: ok...

Y cerré la conversación cada vez más convencida de que tenía a un time waster al otro lado de la línea...

Otras dos horas más tarde, recibo una llamada desde un fijo de Madrid. Contesto la llamada y me habla una voz de mujer:

Ella: Hola Marina. Hemos hablado antes por whatsapp

Yo: ¿Disculpa?

Ella: Si, para la cita de mañana a las 19. Quería además reconfirmar el importe para 2 horas...

Yo: Ah! Vaya! No sabía que fueras una mujer!

Ella: Si, ¿no ves mi foto de perfil?

Yo: Si, claro, pero eso no indica nada... hay gente que lleva fotos de su mujer y sus hijos... No es habitual que me contacten mujeres.

Ella: Ah... pues no no. Bueno,me has pedido que te llame, quería reconfirmar para mañana a las 19.

Yo: Perfecto

Ella: Yo te esperaré en el hall , te acompaño a la habitación y allí estará esperando él.

Yo: Disculpa de nuevo, no entiendo. ¿La cita no es contigo?

Ella: No! Es con mi jefe!

Yo: Ah! Jajaja, ok! ¿Y tú te quedas en la habitación y vamos a estar los tres juntos?

"¡Qué divertido!", pensé. "¡Una cita con un ejecutivo y su secretaria!"

Ella: ¡No, no! Yo sólo lo estoy organizando. El servicio es para él. Como estamos con más personas de la empresa, la cita tiene que tener lugar en mi habitación para que no sospeche nadie.

Yo: Comprendo, no te preocupes.

Me pareció muy agradable, en la foto se veía una chica atractiva, y sin duda alguna, me dejó en shock que sus competencias llegaran hasta el punto de contratarle servicios sexuales a su jefe , y, más allá aún, cederle su propia habitación para mayor discreción. No se si lo sabéis, pero la etimología de la palabra "secretaria" hace referencia a aquella que guarda los secretos...

Su presencia física una vez la tuve enfrente vino a corroborar la imagen anterior. Morena de larga melena, ojos almendrados, más alta que yo y con curvas de MILF muy apetecibles. De manera muy profesional, me recibió como se recibe a las visitas de negocios, presentándose y tendiéndome la mano. "Acompáñame, por favor, tenemos que ir a la tercera planta". Una vez en la habitación, me indicó que el pago del servicio lo haría su jefe y se disculpó por el malentendido inicial, cuando ella en ningún momento había especificado que la cita fuera para otra persona. "Es la primera vez que contrato algo así, la verdad...".

Yo: ¿Me seleccionaste tú,o fue él y tú solo me contactaste?

Ella: No, te seleccioné yo también. El únicamente me dijo que quería una escort española, independiente de más de 30 y que fuera de las más caras...

Y me reí, porque el criterio de selección había sido una auténtica lotería y me había tocado a mi ser la agraciada ... Y eso podía salir bien o ser un desastre...

Yo: ¿Le has enseñado alguna foto mía, la web o algo?

Ella: No, no nos ha dado tiempo, seguro que le parece bien.

Debo admitir que me quedé un poco asustada inicialmente, que se hubiera gestionado ese asunto como cuando al jefe no le da tiempo a comer y le dice a su secretaria "Consígueme un sandwich, un bocadillo, algo...". Pensé en que esta mujer tendría por encima a un ejecutivo exigente, quizás caprichoso, y dependiente de ella hasta el punto de encomendarle algo así. Que para mí en su situación habría podido ser un trago y ella lo había gestionado como una mera tarea más de selección de proveedor, pero no, no es tan fácil. Como no es igualmente fácil reservar un restaurante, máxime si trabajas para este tipo de gente, no puedes reservar cualquier restaurante caro del barrio de Salamanca sin más, porque puedes triunfar, fracasar estrepitosamente o pasar sin pena ni gloria, y las últimas dos opciones a esta gente no les valen. En mi opinión, hay que informarse, buscar opiniones, material, fotos, textos... Tanto para el restaurante como para la escort!

Ella: Pero bueno, he visto tu web, y tu blog, y me ha gustado lo que he visto, le conozco bien y creo que has sido buena elección.

Yo: Eso espero yo también... ("Bufff... al menos parece un poco más meditado de lo que pensé inicialmente...")

Llegó el caballero. Muy mejicano en forma y en fondo, muy ejecutivo, agradeció a su secretaria todo el trámite y le pidió que se marchara. Liquidó en primer lugar la suma a la que añadió una generosa propina y conversamos un poco, le conté el malentendido entre nosotras y le hice saber que, por mi parte, habría estado encantada de convertir la cita a dos en un inesperado trío... Me habló un poco de la relación con su secretaria, más paternal que otra cosa...

Pero era un hombre de unos 50 y ella su secretaria de 30 y pocos y muy buen ver... Come on!! :)

Comenzamos a besarnos y , con los ojos cerrados, pensé que nunca me había sentido tan "contratada". Esa chica me había elegido para darle el mejor servicio posible a su jefe, si salía mal era posible que él le hiciera algún comentario que sin duda sus esfuerzos no merecían. Suena fatal eso de "contratada", pero no puedo mas que explicaros que la sensación me puso como una perra en celo desatada a hacer y dejarme hacer de todo. En aquellas dos horas juntos, lamimos y comimos de todo, sudamos y perfumamos el cuarto de intenso aroma a sexo. Le dejamos a la pobre secretaria la cama con un enorme charco de mi botella de champán que su habilidoso jefe supo sacarme una y otra vez. Siempre que me preguntáis si squirteo respondo lo mismo "Depende más de ti que de mi..."

Supongo que llamar al servicio de habitaciones sería la última de las tareas de la secretaria en su To Do List para ese "proyecto" tan peculiar...

Os dejo con una foto de ese día... Y con muchas más ganas de seguir contándoos anécdotas y de continuar viviendolas!!! ¿Quizás contigo?

Blog de Marina Costa. Escort en Madrid