Acoplarse
Me encanta esta palabra. A-co-plar-se. Hasta me da la sensación de que algunas letras se acoplan a las otras, la C envuelve a la O, la P serpentea sensualmente con la L, la A da la espalda a la R, pero también están pegadas, y finalmente, la femenina S que encaja su extremidad inferior en la de la E.
También me gusta versionándola un poco al inglés: Acople -- Acouple --A couple...
Acoplarse, para mi, evoca dos imágenes en la mente. La primera es más sentimental e íntima, y es algo que en los últimos años he compartido con muy pocas personas. Consiste en relajar tu cuerpo y permitirle que adopte una postura natural por la que suavemente, cada centímetro de tu anatomía tumbada de costado, encajará en la suya. Quedarme dormida así, sintiendo su aliento en la nuca, el calor que genera la proximidad, la profundidad de las respiraciones según te vas adormeciendo...
En ocasiones adoptas la postura tras una sesión de sexo, es el momento romántico, sensible, suave...Pero a mi me gusta más cuando te acoplas con la ingenua intención de quedarte dormida... Mientras que el aliento en la nuca y el calor de los cuerpos es el mismo, la respiración adquiere la velocidad contraria e, inducida por suaves movimientos pélvicos increscendo, cubre nuestro acople con un halo de intensa excitación. Una nueva parte de su anatomía que hasta ahora no se había dejado notar, busca, sin cambiar de postura, acoplarse en la mía, se frota, trata de abrirse camino apartando las nubes que le llevan a ver el cielo...
Hasta que lo logra y se acopla en mi interior, dejándome que le envuelva con mi suavidad y mi calor. Se acopla su esencia en modo de fluido en lo mas íntimo que tengo, y si por inspiración celestial, se acoplan los orgasmos, ya puedes dormir tranquil@...
La otra imagen, ¡os la cuento mañana!
Besos acoplados donde más queráis,
M.