Dos escort mejor que una...

17.09.2021

Hola mis amores, tenéis que perdonarme , hacía mucho tiempo que no conseguía pasarme por aquí a escribiros un poquito. Pero es básicamente porque me dedico a vivir la vida más rápido de lo que podría escribirla, no obstante hay algunas de mis aventuras que tengo que compartir con vosotros sí o sí por lo fabulosas que son.


Hace un par de meses tuve una cita con uno de vosotros, se trata de un amigo /  cliente habitual desde hace bastantes años. Como ya hemos quedado muchas veces, a ambos nos va apeteciendo innovar, hacer cosas diferentes, meter elementos nuevos. Hemos cambiado bastante de planes, de escenario, hecho varios tríos juntos, etc, pero lo que no se había dado hasta la fecha era un trío con otra mujer. 
Así que se lo planteé para esa siguiente ocasión, le animé a probar contratando a otra escort y le expresé mis apetencias y preferencias. No tengo reparos en decir que soy bisexual, el cuerpo femenino siempre me ha parecido objetivamente mucho más bonito que el masculino. La rotundidad de las curvas en el pecho, la cintura, las caderas. La suntuosidad de esa clave de sol que dibuja una mujer por sus costados. La suavidad de la piel. La coquetería, el olor, las manos cuidadas y las uñas arregladas. Me gustan los hombres a rabiar, pero una mujer bonita me pone al mismo nivel...

Mis preferencias eran pocas, pero claras: no demasiado joven, muy curvosa, sensual, que transmitiera frescura y que tuviera el pecho generoso y natural. Me propuso dos o tres perfiles, entre ellos el de Clara, y al verlo no tuve ninguna duda. Me encantó...

Mi cliente/amigo había cerrado la cita dando a entender que éramos una pareja con ganas de hacer un trío, su mujer con inclinaciones bastante bicuriosas, y a quién él quería regalarle esa experiencia: Que otra mujer se dedicara plenamente a cuidarla, mimarla, atenderla, mientras él , inicialmente, contemplaba la escena... A Clara el planteamiento le pareció bien, aún cuando no tenía ni idea de que se iba a encontrar...

Fijamos la cita un sábado por la mañana, dos horas. Quedamos en unos apartamentos por horas dentro de Madrid (si... los del jacuzzi, cama redonda y espejos... ya sabes cuales), la vi a lo lejos preciosa con su melena morena y rizada, un vestidito corto y suelto entallado en la cintura acompañado de un escote generoso sin resultar soez.  Desprendia frescura a 50 metros…

Aunque llo que me perdió fue su rostro. ¡Clara es espectacularmente guapa!! Unos labios carnosos, pintados de rojo, que enmarcan una sonrisa amplia y sincera. Nada más llegar a la habitación, nos recibió con un abrazo que transmitió una calidez que no se suele encontrar. Fue reconfortante a más no poder, me trasladó una sensación de paz, de desarme absoluto, de querer quedarme entre esos brazos tres días con sus tres noches…

Ella tenía claro su "mandato" , y se vino directita hacia mí. Acercó sus labios a los míos para darme un beso suave y sensual que en cuestión de segundos empezó a volverse sucio, avisándome de todo lo que me quedaba por llegar. Nos desnudamos y yo inicialmente me dejé hacer: me masajeó la espalda, el culo, las piernas... Hundió su cara en mi escote, las agarró, amasó, estrujó, lamió los pezones... Yo no me podía estar quieta y también le metía mano por todo lo que pillaba. Él, desde dentro del jacuzzi, copa en mano, contemplaba y disfrutaba con la polla rebosándole por fuera del agua. Verdaderamente tenía que ser todo un espectáculo ver a dos mujerones de ese calibre, ese festival de tetas y culos gloriosos que no paraban ni a respirar del ansía viva que teníamos. Ni Clara ni yo tenemos ningún limite, por tanto, nos comimos todo lo comible, sobamos todo lo sobable, gemimos todo lo gemible, y nos corrimos lo corrible veintisiete veces seguidas. 

Tras el primer round, tocaba descanso en el jacuzzi para recuperar líquidos y que bajase un poco la tensión, que la teníamos por las nubes. Y fue en este ratito, durante el cual Clara nos acariciaba a mi "marido" y a mí mientras charlábamos tranquilamente, cuando me di cuenta de lo buena, buenísima escort que era. La pura esencia de la GFE en una mujer que ya ha entrado en la treintena, empática, buena oyente, cariñosa, que sonríe permanentemente y lo mismo te habla (y con calidad) de arte, historia, cualquier tema de actualidad, de clubs de swingers o de política y que a la hora de estar en materia es tan viciosa como yo (o más?). Y digo que es buena, buenísima escort, porque todo esto que os acabo de contar le sale de una forma natural, la ves disfrutar a cada segundo esté en lo que esté, nada es forzado ni sigue un guión. Clara es fresca, sincera, no hay nada artificial en ella, ni por fuera ni por dentro...

Y tras enamorarme de ella en ese jacuzzi, me la quise follar otra vez con mi "marido". Le pedí que nos follara por turnos, una al lado de la otra,  mientras nosotras nos comíamos lo que tuviéramos libre por ahí... 

Ya en el jacuzzi tuve clarísimo que quería contarle a Clara la verdad, quién era yo y por qué había estado allí. Así que lo charlé con mi amigo/cliente/"marido" quién no tuvo ninguna objeción y me abrí a ella un par de días más tarde. Desde entonces nos hemos visto todo lo que el verano y la loca vida en Madrid ha permitido, pero si que tenemos una conexión especial que ya desde el minuto cero se dejó sentir dentro y fuera de la cama.

Si tenéis oportunidad, no dejéis de conocerla. Es un auténtico diamante en bruto y tiene bastante más disponibilidad que yo.

https://www.clara-miranda.com

Besos libidinosos, 

Marina


PD: si contactas a Clara, dile que vienes de mi parte 😍😍 



Blog de Marina Costa. Escort en Madrid